Este pasado fin de semana la red social más minimalista hasta ahora ha sufrido un ataque informático.
Gracias a controles proactivos (medidas de detección basados en patrones de usuarios), la división de seguridad de la red del pajarito detecto que se había producido un ataque.
Este ataque había afectado a nada más y nada menos que 250000 cuentas de usuarios.
Acto seguido, Tweeter reseteo la contraseña de los usuarios afectados, solicitándoles que cambien la contraseña. A pesar de que han declarado que no han obtenido las contraseñas, sino los hashes, estos podrían romperse si fuesen contraseñas sencillas.
Además, parece ser que la brecha de seguridad viene a raíz de una vulnerabilidad relacionada con aquellos usuarios que utilizaban Java en sus navegadores
Esto pone de manifiesto la necesidad de gestionar completamente (y no solo las partes que creamos críticas) la seguridad de un sistema, así de cómo usar contraseñas suficientemente complejas, y diferentes entre sitios, para minimizar el impacto ante un problema.