Ayer, 05 de octubre de 2011, una de las personas más influyentes en el mundo corporativo ha fallecido. La trayectoria de Steve Jobs es digna de admiración. Hijo adoptivo que abandona la carrera universitaria debido a su alto coste decidió crear una compañía de ordenadores con su amigo Wozniak, Apple Computer Company, cuando solo tenía 21 años. Hoy, Apple es una empresa de las más importantes del mundo y a pesar de algunos sonoros fracasos, es innegable el aporte que Steve hizo a la industria con a fórmula mágica que solo él tan bien podía aplicar; la combinación de diseño y tecnología.
Por otro lado, la influencia que ha tenido en Apple también es indudable. Cuando se rumoreaba en 2008 que su cáncer pancreático era complicado, las acciones bursátiles de la compañía cayeron 50%, y un hecho similar ocurrió en 2009 cuando dejó la empresa para realizar un trasplante de hígado. Esta relación directa entre la salud de Steve Jobs y el valor de la compañía se ha tratado de corregir en los últimos años dando más peso a su sucesor y a la imagen de la empresa.
Steve Jobs es el claro ejemplo del valor de lo intangible, de lo inmaterial. Sin embargo, no es un caso aislado y es aplicable a cualquier tipo de empresa independientemente do seu tamaño o tipo de negocio. La imagen que una compañía transmite está directamente relacionada con la gestión en el tratamiento de la información. Por ello, certificaciones como la ISO 27001 o la correcta utilización de la aplicación SAP GRC®, no solo deben de ser vistos como un ahorro de costes, sino también como un activo de valor que la imagen de la empresa transmite.