El no apagar completamente un portátil y suspenderlo para su transporte es una práctica muy extendida entre personas que buscan tener el equipo siempre preparado para su uso. Pero esta ventaja conlleva unos riesgos asociados que muchas veces no se tienen en cuenta, y que hay que valorar para tomar una decisión correcta.
Ya no solamente el hecho de que reiniciar el equipo es beneficioso para limpiar cachés, purgar la memoria, recargar drivers, matar procesos que no se han cerrado correctamente, beneficios a la batería…. Sino que proporciona una barrera mayor de seguridad.
El equipo en estado de suspensión es un equipo que se encuentra encendido, aunque latente. La memoria RAM se mantiene alimentada manteniendo sus últimos datos, lo que permite a un atacante extraerla mediante un ataque llamado “Cold boot” y conseguir una copia estática de la misma.
Y es en la RAM donde los programas de cifrado guardan sus contraseñas (además de otras posibles credenciales de cifrado), con lo que por muy fuerte que sea nuestro cifrado, no sirve de nada si nos lo roban y está suspendido.
En el tema de la hibernación es diferente, ya que dependerá de cómo esté implementado el cifrado en el sistema. Por lo general si vuelve a solicitar credenciales una vez encendido de nuevo, la implementación es segura.
Por lo tanto, recordad: si vais a transportar vuestro equipo cifrado, apagarlo (o hibernarlo) si podéis. La vida de vuestros componentes, el consumo de energía y vuestra seguridad os lo agradecerán. Más aún cuando hoy en día con los SSD y los nuevos sistemas operativos, los sistemas arrancan en muy poco tiempo.
Mirad este vídeo de YouTube si queréis ver cómo funciona: http://www.youtube.com/watch?v=JDaicPIgn9U